Trazos De Un Sentimiento

En esta noche agridulce recuerdo el recorrido de tus dedos dibujando corazones en mi pecho del tamaño de mi ilusión al sentirlos sobre mi ropa. Como sin pensarlo, sin mirar siquiera el trazado, tus manos recorrían la llanura de mi torso sin saber que por debajo la piel se me erizaba. Dos líneas curvas que comenzaban en las puertas del cuello y se separaban a mitad para acabar juntándose en el final de un camino cerrado por amor. Por momentos tus dedos se convertían en llamas que abrasaban el tejido a su paso dejando la piel al descubierto y tatuando en ella el corazón. Una tras otra, superpuestas con precisión siguiendo la misma ruta, las formas delineadas por tus manos penetraban hasta hacer latir con fuerza al que de verdad habita por debajo. Y en tu rostro una sonrisa se dibujó cuando caíste en la cuenta del empeño de tu subconsciente por manifestar en trazos un sentimiento cada vez menos extraño. Y en el mío la réplica mezclada con ilusión al descubrir que en lugar de avergonzarte me mirabas fijamente y te acercabas hasta juntar tus labios a los míos con fruición. Y es ahora que cierto gusto amargo se asoma a mi boca, falta de tus besos, cuando añoro esas manos en mi pecho, la sonrisa y la voz de quien traza inconsciente símbolos plenos de razón.

Y es que Sucede Que Hoy recordé tus manos en mi pecho...

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