Desde El Otro Lado De La Calle

Llevaba días pensando en las ventajas y los inconvenientes de hacerlo, de llevar a cabo mi plan, de dejar atrás mi vida y embarcarme en la locura de aquella osada aventura. Pero la última noche fue clave para decidirme. Lo vi todo claro, las ganas pudieron con los temores y el hambre de felicidad acabó por dar el empujón definitivo. Así que decidí venderlo todo; algunos muebles, mi coche, mi vieja colección de libros, mis trajes de marca, mis mejores cuadros... Todo cuanto pudiera proporcionarme el dinero suficiente para lo que me había propuesto llevar a cabo. Según había calculado, si conseguía colocar aquello al precio que esperaba, recaudaría lo bastante como para poder alquilar, durante al menos tres o cuatro meses, el piso que enfrentaba a tu ventana. Sería perfecto poder contemplarte cada noche a través de tus cortinas; controlar tus movimientos y pasar las horas perdido en tu imagen. Cada mañana esperaría atento a tu despertar, para ser el primero en robarte una mirada a través del telescopio. Después trataría de adivinarte por la ranura de la puerta entreabierta de tu baño. Luego me cambiaría de ventana para observarte mientras desayunabas y de nuevo donde antes para perderme en tu figura mientras te vestías con suma lentitud, regalándome los mejores minutos del día. Pronto bajarías con prisas al garaje para dirigirte hasta la facultad y entonces aprovecharía para dormir lo que en la noche no fui capaz; no existía disyuntiva entre entregarme al sueño o mirar paciente tu respiración suave mientras dormías ajena a mis ojos en aquella cama que un día compartimos. Sería capaz de aguantar toda la noche impasible observando tu sueño, atento a cada movimiento de tu cuerpo entre las sábanas, velando por tu calma desde el otro lado de la calle. Y buscaría la manera de ocultar mi identidad, aprendiendo a vivir a oscuras para evitar que llegaras a descubrirme. Me convertiría en un ermitaño en aquella vieja casa desprovista de muebles y lujos, pero repleta de ganas de ti en cada rincón. Con paredes forradas de fotografías y cartas de amor y equipada tan solo con una silla, un telescopio y un colchón. En las noches más pesadas pasaría el tiempo dibujándote con detalle en una lámina que el viento acabaría por llevarse con mi primer parpadeo profundo, regalándome la oportunidad de empezar de nuevo fijándome en el contorno de tu cuerpo girado directamente hacia mi ventana. Y así sería feliz día tras día, noche tras noche, admirando la poesía de tu figura, observándote en secreto a cada paso por la casa y viviendo de un amor que fue y seguía siendo gracias a la imagen vista a través de la lente de un telescopio.

Y es que Sucede Que Hoy daría todo por contemplarte a escondidas...

8 comentarios :

Mara | 12:35

Está visto que el concepto de felicidad depende de cada persona... yo sólo con una mirada indiscreta no sería feliz...
Besitos pablo :)

Anónimo | 13:14

Pues si que es grande ese amor porque estoy segura de que si no fuera asi tú jamás venderías tu vieja colección de libros, se cuanto los amas.

Me resulta triste imaginar que el mayor contacto sea a través de una lente. Las ganas de tocar su piel se harían mayores cada dia y eso solo puede llevarnos a un sitio, a la locura. Pero que nadie se confunda, a veces la locura es el mejor estado, puesto que no hay mayor locura que la de estar enamorado y nadie muere por eso...

¿Vigilas a tus vecinas habitualmente con el telescopio??? jaja

Mil besos.

Pablo Martín Lozano | 18:31

Hola Encarni: Resultaría duro desprenderme de mis libros, es cierto, pero más duro resulta no poder ver a la persona que quieres.
Realmente es triste que el único contacto sea a través de una lente, pero cuando no tienes ni ese, cualquier intento es bueno. De la locura ya he hablado muchas veces...¿Quién está más loco el que juzga o el juzgado? Respecto a lo de mis vecinas...no, mi lado más voyeur se limita a imaginar en cualquier caso, nada de espionaje, jeje.

Besos y gracias.

Pablo Martín Lozano | 18:32

Mara: Es verdad, cambia según la persona y no es que mi concepto de felicidad abarque sólo un contacto visual, pero como digo, cuando no se tiene ni eso, conseguirlo puede ser motivo de felicidad.

Besos y gracias!

Cristalina | 19:47

!Hola Pablo!

La felicidad, como dice Mara, es relativa y estoy contigo en que a veces solo recibir una mirada de esa persona "especial" es lo mejor que te puede pasar. A mi por ejemplo me pasó el otro día. Recibí esa mirada a la que tanto había llamado. Bueno eso, dos besos y unas palabras. Pero ahora quiero más y me siento mal porque no lo voy a conseguir.

UN SALUDO!

Pablo Martín Lozano | 22:37

Hola Cris. Desde luego sintiéndote mal y diciendo que no lo vas a conseguir, hace que se vuelva muy difícil lo que pides. Parece mentira, pero a veces basta con desear sinceramente algo para que suceda. Nunca te canses de pedirlo, de pensarlo, de proyectar tus ganas. Me alegro de que al menos pudieras tener esos dos besos y algunas palabras, los hay que ni eso.
Muchas gracias por tu comentario.

Besos!

...................................... | 22:53

una vez mas pablo... una vez mas tengo la leve impresión de ya conocerte... quizas en otra vida... quizas mañana... hace algunos pocos dias... apenas... aunque resulten siglos.... me decidi... cruzando el cielo con mas miedo que certezas, despegando… dejando atrás toda mi vida… en busca de mi destino, si acaso lo hubiera…
Zarpe con la promesa al espejo, de volar muy alto, llevando en el alma grabados todos los recuerdos… de eso estamos hechos… de un puñadito de recuerdos… a fuego, tengo los instantes, lo momentos… mirando el cielo infinito durante mi vuelo, recordé cada mirada, cada palabra… cada detalle que de una u otra forma me hizo lo que soy.. …recordé cada ser humano que me ilumino… me encendió… y en silencio… pedí que no me olvidaran… con lagrimas en mis pupilas me perdí en la noche…sabia que detrás quedaban mil espejos…. Vendi todo aquello que se puede volver a comprar, algunos muebles, la TV... la computadora...algunos discos, solte todo...para viajar liviana... todo, menos justamente mis libros... fue lo unico que deje, como evidencia, para mi regreso.. algunas cajas de libros... llenos de palabras... llenos de historias...

..fue un viaje largo, mucho mas de lo que el tiempo puede medir, y ciertamente han sido demasiados las fronteras cruzadas, mucho mas allá de los limites conocidos, … mucho mas allá de lo que se pudiera predecir…

“prueba volar donde le dolor no te siga… abre los brazo y es posible que toques cada sueño que quieras tener…”
¿donde esta la felicidad?... quien sabe... quizas solo sea buscarla y buacarla... y mientras... crecer... empaparse de sentidos...como cuando llueve y dejamos que el agua nos inunde... por dentro y por fuera... y quizas.... solo quizas.... nos encontremos a nosotros mismos....

si de acaso sirvieran mis palabras... por lo que sea... por un amor, por la tan deseada felicidad... por un deseo... te dería que sueltes todo lo que lastre tus alas....

y vueles....

alto...muy alto....

vicky

Pablo Martín Lozano | 03:02

Hola Vicky, gracias por tu bonito comentario, como de costumbre. En él te preguntas acerca del valor de tus palabras en mí y quiero que sepas que por supuesto que lo tienen. Es un placer poder leer una semillita tuya de vez en cuando que brota en mi interior abriéndose hueco entre la maleza. A veces yo también pienso que la felicidad no es más que el propio camino que nos lleva a ella, sin metas, sin final; la senda hacia lo desconocido. Pero aún así jamás desistiré en su recorrido. Espero que algún día puedas compartir conmigo en una extensa charla, todos los lugares que has visitado, tus impresiones, experiencias, sensaciones...todo lo que te apetezca decirle a un par de oídos ansiosos por escucharlo -tal vez un par de ojos ansiosos por leerlo-.

Besos y mil gracias.