Pero Algo No Funcionó

Anoche, cansado buscar en la cama un sueño perdido, salí al jardín a contemplar las estrellas. Fue precioso observar la grandiosidad de una noche rasa de primavera reciente. Los puntos de luz eterna me acogieron mejor que las sábanas y allí permanecí horas envuelto por luceros sonrientes. Fue entonces cuando descubrí uno que brillaba más que el resto. Uno cuya intensidad le distinguía de los demás. Más grande, más claro, más azul. Supe pronto que era un planeta, mi planeta. Así que simplemente viajé hasta él. Cerré los ojos, me dejé llevar por el embrujo de la noche y me elevé sin esfuerzo hasta encontrarme allí. Entonces entendí que aquel lugar era demasiado grande para estar solo y pensé en ti para que me acompañaras. Teníamos todo un paraíso para los dos. Una tierra en la que poder demostrarnos amor el uno al otro sin que nadie observara. Un lugar en el que si querías alas, alas tenías, si querías agua, agua tenías, si querías felicidad, felicidad tenías. Todo cuanto desearas estaba a tu alcance, sólo necesitabas cerrar los ojos e imaginarlo. Solamente una cosa se escapaba a mis deseos hechos realidad; el dinero, pero pronto me di cuenta de que no lo necesitaba pues todo aquello hasta donde abarcaba mi vista -y mi pensamiento- me pertenecía. Solos en un mundo hecho por y para nosotros. Solos porque no hay compañía más gratificante que la tuya y nadie más. Solos en mitad de los sueños que un día forjamos juntos en busca de la eternidad.
Y entonces quise tu amor y cerré los ojos para pedirlo, pero algo no funcionó. Volví a cerrarlos con más fuerza sin mejorar el resultado. Los abrí y seguías allí, delante de mi, pero sabía que ya no me amabas. Cerré los ojos por última vez y puse todo mi empeño en centrar mi pensamiento en tu amor, pero pronto entendí que ni un planeta entero para los dos, ni todo cuanto deseabas hasta entonces, ni los sueños que aquel día forjamos en la cama, ni la felicidad que nos envolvía cada día, eran suficientes para ti.

Y es que Sucede Que Hoy imaginé un paraíso a tu lado, pero algo no funcionó...

9 comentarios :

Anónimo | 16:40

Los sueños que un dia compartimos con alguien no siempre se hacen realidad. Pero es bonito recordarlos...

Cuánto hubiera dado yo porque la persona a la que amaba hubiese buscado un planeta para nosotros, donde poder disfrutar de nuestra felicidad. Tengo la sensación de haber estado sentada en una estación de tren esperando a que él llegara con los billetes para ese planeta durante mucho tiempo. Al fin decidí coger mis maletas y viajar sola. Se acabaron las horas trites, las promesas incumplidas, los sueños rotos...

Cuando llegue el momento apropiado aparecerá alguien que estará encantada de compartir ese maravilloso planeta contigo...

Mil besos.

Fdo: coco

P.D. Hoy he descubierto tu blog y sinceramente me encanta. Me gusta la gente que no tiene secretos, porque adoro la sinceridad.

Pablo Martín Lozano | 17:37

Hola Coco.
No sé si te conozco porque tu postdata me ha desorientado. Lo digo porque conozco a una Coco (además de mi perro que también se llama así) pero ella ya conocía el Blog. En cualquier caso, gracias por tus palabras, por tus bellas palabras.

Supongo que, como dices, no es el momento de que nadie comparta conmigo ese planeta, al menos no ese "alguien" que yo quisiera, pero no tengo prisa, ahora ya sé donde está y cómo puedo llegar hasta allí cuando llegue ese día. Ahora es momento de esperar en la estación, sentado y contemplando el vaivén de trenes. Coger alguno de vez en cuando, pero de esos que te bajas en la siguiente estación; esos que te lo tomas como una aventura más que como un viaje. Para viajar de verdad prefiero que mi acompañante sea ese alguien que quiero a mi lado, aunque habiéndoselo ganado.

Otros mil besos para ti y bienvenida.

Mariola | 22:41

me han robado el nombre:D:D:D:D jajajajaja pero bueno.......no pasa nada:D:D:D

Pablo Martín Lozano | 22:51

He aquí la otra Coco.

Aprovecho para decirle a Coco "nueva" que me gustaría saber más de ella: cómo llegó hasta aquí, etc (si quiere).

Un beso Coco 2.

Anónimo | 13:20

Hola de nuevo, siento mucho haberle robado el nombre a tu amiga, el misterio a veces resulta interesante por eso no firme con mi nombre, hace algunos años unos amigos me llamaban asi aunque en la actualidad nadie lo hace. Entré en tu blog gracias a una amiga tuya, Cris. Nadando en su charquito te encontré y no pude resistir la tentación de escribirte. Me llamo Encarni, estudio Ingeniería Química en Cádiz (de eso conozco a Cris), soy de Ceuta. Y ayer descubrí un mundo maravilloso en el que perderme, alejarme de los problemas y respirar tranquila... ese mundo se llama "Sucede Que Hoy". Espero que no te importe que me pasee por él.

No te quedes en la estación mucho tiempo, no esperes demasiado a alguien que sabes que no llegará, porque acaba resultando triste. ¿Por qué no buscamos un tren que nos lleve a algún sitio lindo donde solo esté permitido sonreír? Si lo encuentras avisame...

Un besote.

Encarni

Pablo Martín Lozano | 13:28

Encantado Encarni, yo soy Pablo. Lo del nombre de mi amiga es broma, sólo que al principió pensé que era ella hasta leer tu postdata.
Muchísimas gracias por tu descripción de Sucede Que Hoy, es todo un placer leer algo así de lo que escribes y haces con toda humildad. Por supuesto que puedes pasarte cuando quieras y, por supuesto, comentar siempre que te apetezca. Me alegro de que sea tu pequeño rincón donde alejarte de los problemas.
En cuanto al tren, descuida, yo te aviso si lo encuentro, jeje.

Un beso y encantado.

Daniel Lozano | 01:21

Quién pudiera tener un pequeño planeta (aunque fuese muy pequeño) en el que poder esconderse de vez en cuando y evadirse de la rutina, en el que poder convertir el dolor en alegría, la fealdad en belleza, el odio en amor, y en el que poder compartir momentos felices con esas personas especiales...Quién pudiera.
Un abrazo!

Anónimo | 02:01

Es bonito revivir los comienzos y por eso esta noche regresé al punto de partida, donde por primera vez compartimos confidencias.

Podría pensar "ojalá hubiera descubierto antes tu mundo" pero he aprendido algo, todo llega en su justo momento.

No creo que tú vayas a dejar de escribir y yo no pienso irme al menos hasta dentro de dos siglos, asi que... jeje.

En este post contabas que deseaste algo con todas tus fuerzas y no se hizo realidad. Al menos si hubo algo que funcionó aquel día que lo publicaste... conseguiste engancharme tanto, que después de dos meses no me voy a la cama sin pasearme antes por tu mundo.

Un besote enorme.

Pablo Martín Lozano | 23:04

Gracias por continuar aquí y así de fiel. Se agradecen tus comentarios reflexivos y me alegro de ser quien te acompaña en la distancia en las noches hasta que te duermes.
Todo llega a su tiempo, veo que lo aprendiste bien.
De momento no veo el fin, así que seguiré recibiendo igual de gustoso tus comentarios.
Un beso niña perdida.